DEPREDACION DE ALGAS MARINAS EN EL LITORAL
Esta noticia ha tenido mucha cobertura en El Comercio de ayer Domingo, preocupante en gran medida sobre todo por la generacion de oxigeno de las algas, y por alterar el ecosistema de la zona. La desinformacion e indiferencia (sino incompetencia) de las autoridades es indignante.
Hoy es el tema del Editorial.
Intolerable depredación de la flora marina
(FUENTE: El Comercio)
El respeto por la ecología y el medio ambiente nunca puede estar en discusión ni tampoco ser manipulado bajo ningún pretexto. Por eso, no podemos sentir más que indignación ante la intolerable, irracional y escandalosa extracción de miles de toneladas de algas marinas que, desde hace ocho años, se viene perpetrando desde Paracas hasta Marcona, ante la inercia cómplice de las autoridades responsables de la preservación de los recursos naturales en general y de la flora marina en particular.
Como ha denunciado nuestro Diario en un amplio y documentado informe, se trata de un atentado contra la naturaleza por el daño irreversible que la acción depredadora ha causado al hábitat, a la cadena alimenticia marina y a un recurso que es vital para la oxigenación de las poblaciones de la costa y del planeta.
El Estado Peruano no puede seguir cruzado de brazos ante tan grave denuncia. Tiene que sancionar con dureza a quienes resulten responsables de este nuevo delito contra el ambiente, que irónicamente se da cuando el resto del mundo ha empezado a luchar de manera intensiva contra la peligrosa contaminación que el hombre ha provocado, las repercusiones derivadas del efecto invernadero y el cambio climático.
Aquí, en cambio, se está permitiendo que un grupo de empresas nacionales y extranjeras de dudosa reputación, que usan el sargazo para la industria cosmética, farmacéutica, entre otros fines, arrasen con estos pulmones del mundo, es decir, con nuestros bancos de algas que, como los bosques y los pastos, son fundamentales para generar oxígeno y mitigar la contaminación por carbono que producen las ciudades.
Habrá que ver qué acciones aplican los organismos responsables de preservar la intangibilidad de estos valiosos recursos contra quienes se burlan de las normas vigentes y de la reciente veda que ordenó el Ministerio de la Producción que prohíben una extracción indiscriminada e inconsulta.
Si El Comercio ha podido dar con las empresas depredadoras, que estarían vinculadas a la extracción, exportación y industrialización de las algas marinas, por qué el Gobierno los trata con guantes de seda, permitiendo que barran con el sargazo de nuestras costas. Organismos como Inrena, Imarpe, Conan, la Capitanía del Puerto, así como los ministerios de la Producción y del Ambiente, tendrán que rendir cuentas por su inaceptable e injustificable indiferencia para reaccionar oportunamente ante tan descaradas y abusivas prácticas en el mar peruano.
Como hemos propugnado en nuestras Propuestas para una Agenda de Gobierno 2006, el Estado puede permitir que el medio ambiente sea usado, pero de ninguna manera abusado. No hay lugar a confusión. Lo contrario sería acabar con espacios vitales que nos permiten la subsistencia.
La conservación de los recursos naturales implica llevar adelante políticas de prevención de impactos ambientales y otras acciones para revertir los daños que producen determinadas actividades extractivas. También implica alentar el desarrollo de negocios ambientales, siempre que cumplan las normas vigentes. Nada de esto aplica en el caso de la extracción de la flora marina de la costa sur, impunemente depredada.
Hoy es el tema del Editorial.
Intolerable depredación de la flora marina
(FUENTE: El Comercio)
El respeto por la ecología y el medio ambiente nunca puede estar en discusión ni tampoco ser manipulado bajo ningún pretexto. Por eso, no podemos sentir más que indignación ante la intolerable, irracional y escandalosa extracción de miles de toneladas de algas marinas que, desde hace ocho años, se viene perpetrando desde Paracas hasta Marcona, ante la inercia cómplice de las autoridades responsables de la preservación de los recursos naturales en general y de la flora marina en particular.
Como ha denunciado nuestro Diario en un amplio y documentado informe, se trata de un atentado contra la naturaleza por el daño irreversible que la acción depredadora ha causado al hábitat, a la cadena alimenticia marina y a un recurso que es vital para la oxigenación de las poblaciones de la costa y del planeta.
El Estado Peruano no puede seguir cruzado de brazos ante tan grave denuncia. Tiene que sancionar con dureza a quienes resulten responsables de este nuevo delito contra el ambiente, que irónicamente se da cuando el resto del mundo ha empezado a luchar de manera intensiva contra la peligrosa contaminación que el hombre ha provocado, las repercusiones derivadas del efecto invernadero y el cambio climático.
Aquí, en cambio, se está permitiendo que un grupo de empresas nacionales y extranjeras de dudosa reputación, que usan el sargazo para la industria cosmética, farmacéutica, entre otros fines, arrasen con estos pulmones del mundo, es decir, con nuestros bancos de algas que, como los bosques y los pastos, son fundamentales para generar oxígeno y mitigar la contaminación por carbono que producen las ciudades.
Habrá que ver qué acciones aplican los organismos responsables de preservar la intangibilidad de estos valiosos recursos contra quienes se burlan de las normas vigentes y de la reciente veda que ordenó el Ministerio de la Producción que prohíben una extracción indiscriminada e inconsulta.
Si El Comercio ha podido dar con las empresas depredadoras, que estarían vinculadas a la extracción, exportación y industrialización de las algas marinas, por qué el Gobierno los trata con guantes de seda, permitiendo que barran con el sargazo de nuestras costas. Organismos como Inrena, Imarpe, Conan, la Capitanía del Puerto, así como los ministerios de la Producción y del Ambiente, tendrán que rendir cuentas por su inaceptable e injustificable indiferencia para reaccionar oportunamente ante tan descaradas y abusivas prácticas en el mar peruano.
Como hemos propugnado en nuestras Propuestas para una Agenda de Gobierno 2006, el Estado puede permitir que el medio ambiente sea usado, pero de ninguna manera abusado. No hay lugar a confusión. Lo contrario sería acabar con espacios vitales que nos permiten la subsistencia.
La conservación de los recursos naturales implica llevar adelante políticas de prevención de impactos ambientales y otras acciones para revertir los daños que producen determinadas actividades extractivas. También implica alentar el desarrollo de negocios ambientales, siempre que cumplan las normas vigentes. Nada de esto aplica en el caso de la extracción de la flora marina de la costa sur, impunemente depredada.
Comentarios